lunes, 8 de agosto de 2016

Luces de Bohemia

Quizás aparento menos edad de la que tengo,
quizás he sufrido demasiado en la vida,
puede que sí.
Mas hay hombres que te marcan el camino.
En las frías mañanas de Oviedo,
en aquellos inviernos sepulturales,
iba uno con las manos metidas en los bolsillos rotos de la trenca...
Como siempre digo.
Buscando una esperanza,
a la sombra del Naranco.
Y como si de la Salamanca de Don Miguel,
Dios,
a pesar de que él siempre lo negó,
nos regaló a Don Gustavo.
Un profesor egregio y justo,
un Hombre de gran respeto y consideración.
Ahora te has ido,
a ese Cielo del que tantas veces negaste su existencia,
muestra de que tus pirámides se han de revestir de fe,
es que dos días después
te has ido con tu mujer.
Maestro de filósofos,
de médicos,
de ingenieros,
de abogados,
Maestro del hombre solitario,
el de la calle,
estarás siempre con nosotros.

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